ASUNTOS TAURINOS

Los toros es una afición adquirida desde muy pequeño. No puedo recordar con claridad cuando fui por primera vez a una corrida, por lo que debió ser muy pronto. Desde entonces he visto muchos toros y hubo alguna temporada, durante mi etapa de estudiante universitario, en que el número de festejos superó los cien, con algún doblete de mañana y tarde y muchos kilometros recorridos.

 

Aunque tengo unas preferencias muy definidas respecto a la concepción del toreo que me gusta, tengo la suerte de no sufrir ningún tipo de fobia. Cuando voy a los toros soy consciente de como está compuesto el cartel y sé, en función de eso que puedo y que no puedo esperar. 

 

Dicho lo anterior, y como decía, tengo claro que tipo de toreo es el que me llena. Reconozco mi debilidad por ese que sale de la inspiración más que de la técnica, del que usa los sentimientos más que el cálculo. Del que se hace, como dijo Arrabal refiriéndose a Morante, dejando el cuerpo en el burladero. Pero, independientemente de la concepción que cada uno desarrolle, lo que siento por todos y cada uno de aquellos que se ponen delante de un burel, es un inmenso respeto. Nunca grito a un torero, creo que cuando una tarde no salen las cosas o salen torcidas, los primeros que sufren son ellos y que ese sufrimiento es suficiente penitencia. El toro es un animal bellísimo, pero inmisericorde y pone a cada uno en su sitio sin remedio.

 

En esta parte de mi web intentaré dejaros cosas relacionadas con asuntos taurinos, desde escritos hasta algún video y curiosidad.

 

Por último, los que hayáis leido el prólogo de mi última novela o asistiérais a la presentación de la misma, conoceréis las palabras que vienen a continuación, pero no por eso quiero dejar de repetirlas. Siempre he dicho que los toros son un espectáculo que no deja lugar a la tibieza. Cuando alguien no es capaz de entender el valor irracional que hace falta para enfretarse a un toro, de ver en la lidia la plasticidad y de escuchar esa música callada de la que habló Bergamín, puede resuktar muy difícil su visión y comprendo perfectamente que pueda generar rechazo.

 

Pero la prohibición de las corridas en Cataluña nada tiene que ver con eso. Tampoco con el amor a los animales, pues nadie se ha preocupado allí por los correbous o la caza. Lo que ha pasado allí sólo se exlica por el carácter indisolublemente español que tiene la Fiesta. Desgraciadamente ese es el único motivo real.

 

Espero que lo que encontréis aquí os guste.


MORANTE BORDA EL TOREO EN LAS VENTAS

ACCESO AL VIDEO